miércoles, 5 de junio de 2019

El planeta B no existe

Pues no, en Marte hace mucho frío, en Venus mucho calor y en la Luna no hay atmósfera, así que la humanidad sólo dispone de un planeta donde soñar, vivir, rabiar y quererse.

Fuerte gente guapa.

Hoy es 5 de Junio, Día Mundial del Medio Ambiente, y es más un día de reivindicación que de celebración: cambio climático, destrucción de hábitats, extinción de especies, contaminación atmosférica… Estamos ante una crisis ecológica de consecuencias nefastas para nuestra salud y la supervivencia de las generaciones que aún están por llegar.

Desde la comunidad educativa no nos queda otra que impulsar un cambio de conciencias. Pero no precisamente en el alumnado, tal vez sean ellas y ellos quienes deban tener más paciencia con sus familias y el profesorado, con hábitos (y prejuicios) más difíciles de erradicar.

Un cambio que requiere voluntad, sacrificio y pasión, pues no es poco lo que nos jugamos. Pero un cambio que debe estar acompañado de información, de evidencias científicas: conmovernos después de haber usado la calculadora.

Bajo esta filosofía, el grupo de 2º de ESO del CEO en Vallehermoso quiso conocer el impacto que sobre nuestras costas generan los residuos plásticos. En mi materia (Física y Química) conocimos estadísticas desalentadoras como que cada año nuestros mares y océanos son receptores de hasta 12 millones de toneladas de basura o que en 2020 la producción de plásticos se acercará a los 500 millones de toneladas (un 800% más que en 1980).

Un día cualquiera en la playa de Vallehermoso

Es conocido el aumento de la mortalidad de peces, tortugas y mamíferos marinos que ingieren o se quedan atrapados en redes o bolsas plásticas. Sobre la salud humana existen indicios de alteraciones hormonales producidas por microplásticos con graves consecuencias en la reproducción y el desarrollo. Y no menos importante es el efecto negativo que sobre la actividad turística tiene la presencia de basura en nuestras playas.

En acción.

Con todas estas informaciones en mente, el pasado 8 de mayo fuimos a la Playa de Vallehermoso para realizar un muestreo que nos indicara la cantidad de plásticos que la marea ha ido arrojando a nuestra playa. Para ello, nos organizamos en grupos, perimetrando cinco lugares diferentes de la playa y recogiendo sólo los residuos plásticos que en dichas superficies se encontraban. 



Ya de vuelta en el laboratorio del Centro, las chicas y chicos de 2º se dedicaron a pesar la basura recogida y a relacionarla con el área que habían estudiado, obteniendo resultados que iban desde los 250 gramos de basura por metro cuadrado de superficie hasta 580 gramos por metro cuadrado (¡más de medio kilo!). 



Lamentablemente la solución no pasa por limpiar un día la playa. Las mareas son obstinadas, y no paran de vomitar en nuestras costas todo el plástico generado en el Atlántico Norte.



Las medidas a tomar son urgentes, pero deben ser globales (acuerdos internacionales) además de locales (buena gestión de los residuos); colectivas (leyes que limiten y sancionen) además de individuales (reducir el consumo, reutilizar y reciclar). 



Estamos ante un gran reto, donde la solución empieza por ti pero no termina en ti. Donde el medio ambiente se mezcla con la economía y la política. Lo único que me consuela es saber que estoy viendo crecer a la generación más preparada de hombres y mujeres, y que sabrán estar a la altura. La esperanza nos mantiene.

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