Maíz Bt |
Las opiniones
que más calan sobre los transgénicos suelen ser las más sencillas y
emocionales, aquellas que repiten machaconamente un mensaje de forma tan
insistente que acaba convirtiéndose en dogma (1). Sobre los aspectos económicos y sociales, por ejemplo, parece que
Monsanto, multinacional estadounidense, domina el mercado mundial obligando a
las agricultoras (a partir de ahora en femenino, personas agricultoras) a comprar sus semillas. También parece ser de dominio público
que esta empresa privada obtiene beneficios estratosféricos, los cuales no son
vistos por las agricultoras, a las que no les queda otro remedio que saldar sus
deudas con el suicidio (2).
Si te sientes satisfecha con esta explicación, no sigas leyendo. ¿Pa qué? Ya tienes tu enemigo y algo por lo que luchar. Pero si crees que la realidad es mucho más compleja que una frase de libro de autoayuda, te animo a que indaguemos un poco en la vasta información existente al respecto.
En el anterior artículo dejé clara la indisoluble relación entre agricultura y tecnología, dando a entender que esta última, dependiendo de en manos de quién esté, tendrá unos fines u otros (3). Me explico mejor con un ejemplo histórico reciente:
La Revolución Verde (4) de finales de los 60, que permitió salir de la pobreza a millones de personas, se produjo gracias a un programa internacional de investigación agrícola realizado por instituciones públicas y específicamente orientado a crear tecnologías y transferirlas libremente al mundo en desarrollo como bienes públicos. La Revolución Verde puso al alcance de millones de pequeñas agricultoras, inicialmente en Asia y América Latina, pero más tarde también en África, variedades semienanas de trigo y arroz de alto rendimiento, obtenidas con métodos convencionales de mejoramiento. Así produjeron más grano y obtuvieron tallos más cortos con los que pudieron responder a mayores niveles de fertilizantes y agua. Estos cultivares semienanos se pusieron libremente a disposición de fitogenetistas de países en desarrollo que los adaptaron a las condiciones locales de producción. Por esa razón se creó el Grupo Consultivo sobre Investigación Agrícola Internacional (GCIAI) (5), expresamente encargado de generar beneficios tecnológicos indirectos, especialmente para los países que no estaban en condiciones de obtener pleno provecho de sus inversiones en investigación.
Los países que pudieron aprovechar en mayor medida las oportunidades que ofrecía la Revolución Verde fueron los que tenían ya, o crearon rápidamente, una amplia capacidad nacional de investigación agrícola. Las investigadoras de esos países pudieron realizar las adaptaciones locales necesarias para que las variedades mejoradas cumplieran las necesidades de sus agricultoras y consumidoras. Desde entonces resultó evidente que la capacidad nacional de investigación aumenta las posibilidades que tiene un país de importar y adaptar tecnologías agrícolas elaboradas en otro lugar y crear aplicaciones que satisfagan las necesidades locales.
La Revolución Biotecnológica, por el contrario, desde sus inicios en los años 80, fue impulsada en gran medida por el sector privado. La investigación pública contribuyó a establecer los principios científicos básicos en que se basó posteriormente la biotecnología agrícola, pero la mayor parte de las investigaciones aplicadas y casi todo el aprovechamiento comercial corrieron a cargo del sector privado. Obviamente el mundo de la investigación no se libró de la oleada neoliberal liderada por Reagan y Tatcher, en la que se desmanteló el Estado del Bienestar reduciendo el peso de las empresas públicas a través de las privatizaciones. En cualquier manual de introducción a la economía dejan claro que el objetivo del sector privado no es la satisfacción de las necesidades de la población, sino la obtención de un beneficio. Es por ello que las líneas de investigación y la comercialización de variedades transgénicas siempre se orientaron a mercados rentables donde las economías podían pagar por los productos ofertados. Por tanto no es casualidad que los cuatro principales cultivos transgénicos sean la soja, el algodón, el maíz y la colza, productos que juegan un papel fundamental en las economías de los países desarrollados.
Los países que pudieron aprovechar en mayor medida las oportunidades que ofrecía la Revolución Verde fueron los que tenían ya, o crearon rápidamente, una amplia capacidad nacional de investigación agrícola. Las investigadoras de esos países pudieron realizar las adaptaciones locales necesarias para que las variedades mejoradas cumplieran las necesidades de sus agricultoras y consumidoras. Desde entonces resultó evidente que la capacidad nacional de investigación aumenta las posibilidades que tiene un país de importar y adaptar tecnologías agrícolas elaboradas en otro lugar y crear aplicaciones que satisfagan las necesidades locales.
La Revolución Biotecnológica, por el contrario, desde sus inicios en los años 80, fue impulsada en gran medida por el sector privado. La investigación pública contribuyó a establecer los principios científicos básicos en que se basó posteriormente la biotecnología agrícola, pero la mayor parte de las investigaciones aplicadas y casi todo el aprovechamiento comercial corrieron a cargo del sector privado. Obviamente el mundo de la investigación no se libró de la oleada neoliberal liderada por Reagan y Tatcher, en la que se desmanteló el Estado del Bienestar reduciendo el peso de las empresas públicas a través de las privatizaciones. En cualquier manual de introducción a la economía dejan claro que el objetivo del sector privado no es la satisfacción de las necesidades de la población, sino la obtención de un beneficio. Es por ello que las líneas de investigación y la comercialización de variedades transgénicas siempre se orientaron a mercados rentables donde las economías podían pagar por los productos ofertados. Por tanto no es casualidad que los cuatro principales cultivos transgénicos sean la soja, el algodón, el maíz y la colza, productos que juegan un papel fundamental en las economías de los países desarrollados.
A la derecha algodón Bt |
El mundo agrícola sufrió un giro radical con respecto a la Revolución Verde, en la que el sector público desempeñó un importante papel en la investigación y difusión de las tecnologías. Este cambio de paradigma tuvo importantes consecuencias en la índole de la investigación que se empezaba a realizar, los tipos de tecnologías que se elaboraron y el modo en que se divulgaron esas tecnologías. El predominio del sector privado en la biotecnología agrícola hizo temer en sus inicios que las agricultoras de los países en desarrollo, especialmente las pobres, pudieran no sacar provecho de ella, ya sea porque no se pusieran a su disposición las innovaciones apropiadas o porque éstas fueran demasiado costosas. En parte así ocurrió, hasta hace unos pocos años.
Países
emergentes: Nuevos intereses, mayor reparto de la riqueza
El Siglo XXI parió un mundo multipolar. Desde el derrumbe del bloque socialista, parecía que los Estados Unidos iban a disponer de un reinado de hegemonía económica durante unas buenas décadas. Sin embargo, nuevas potencias económicas de países del Sur le están haciendo frente, y por primera vez en la historia contemporánea están intentando rivalizar tecnológicamente con el mundo desarrollado. Estos países abarcan a la mayoría de la población mundial, y en la medida en que sus economías estén a la altura, sus habitantes podrán aspirar a una vida mejor. Y eso es lo que está pasando con la investigación biotecnológica.
El caso de China ha demostrado que la intervención del sector público en la investigación y desarrollo y en la entrega del algodón transgénico ha contribuido a garantizar que las agricultoras pobres tengan acceso a las nuevas tecnologías y participen debidamente de sus beneficios económicos (6).
Desde que empezaron a investigar y comercializar con alimentos biotecnológicos, los datos de China, Argentina y Sudáfrica mostraron que las pequeños agricultoras no tuvieron más dificultades que los grandes en la adopción de las nuevas tecnologías. En algunos casos parece que los cultivos transgénicos simplificaron los procesos de gestión, lo que favoreció a las explotaciones más pequeñas (7).
Aún así, pocos países en desarrollo o instituciones públicas internacionales disponen de los recursos necesarios para crear una fuente independiente de innovaciones biotecnológicas. China y Brasil han creado sólidas instituciones públicas dedicadas a la investigación y distribución de cultivos transgénicos en las que se pueden apoyar otros países de la región que no dispongan de la infraestructura pertinente. Por primera vez en la joven historia de la biotecnología agrícola, se investiga no para obtener beneficios, sino para mejorar la calidad de vida de las personas. Está claro que Monsanto va a lo que va, ahora se trata de que el sector público de estos países (¿Y el de los nuestros?) investigue en los cultivos que más se consumen a nivel mundial, base nutricional de la población de los países pobres: Mandioca, papa, arroz, mijo y sorgo, entre otras. También están volcándose en las mejoras genéticas que más sufren en esos países: Tolerancia a la sequía, a suelos salinos, pobres en nutrientes, etc.
El caso de China ha demostrado que la intervención del sector público en la investigación y desarrollo y en la entrega del algodón transgénico ha contribuido a garantizar que las agricultoras pobres tengan acceso a las nuevas tecnologías y participen debidamente de sus beneficios económicos (6).
Desde que empezaron a investigar y comercializar con alimentos biotecnológicos, los datos de China, Argentina y Sudáfrica mostraron que las pequeños agricultoras no tuvieron más dificultades que los grandes en la adopción de las nuevas tecnologías. En algunos casos parece que los cultivos transgénicos simplificaron los procesos de gestión, lo que favoreció a las explotaciones más pequeñas (7).
Aún así, pocos países en desarrollo o instituciones públicas internacionales disponen de los recursos necesarios para crear una fuente independiente de innovaciones biotecnológicas. China y Brasil han creado sólidas instituciones públicas dedicadas a la investigación y distribución de cultivos transgénicos en las que se pueden apoyar otros países de la región que no dispongan de la infraestructura pertinente. Por primera vez en la joven historia de la biotecnología agrícola, se investiga no para obtener beneficios, sino para mejorar la calidad de vida de las personas. Está claro que Monsanto va a lo que va, ahora se trata de que el sector público de estos países (¿Y el de los nuestros?) investigue en los cultivos que más se consumen a nivel mundial, base nutricional de la población de los países pobres: Mandioca, papa, arroz, mijo y sorgo, entre otras. También están volcándose en las mejoras genéticas que más sufren en esos países: Tolerancia a la sequía, a suelos salinos, pobres en nutrientes, etc.
Maíz víctima de la sequía |
Estos países están dando una lección al mundo entero. Están usando la tecnología no para enriquecerse, sino para asegurar la alimentación de sus poblaciones gracias a los aumentos de la productividad y bajos costes de los cultivos transgénicos. Hasta un país nada sospechoso de recibir sobornos de las multinacionales como lo es Cuba, empezó el año pasado a cultivar Maíz Bt, y dado el bloqueo económico al que está sometida desde hace más de cincuenta años por los Estados Unidos, no creo que le compre las semillas a Monsanto. También Rafael Correa, presidente de Ecuador, está decidido a eliminar de la Constitución el artículo que declaraba a Ecuador "país libre de transgénicos" (8). Muchas gobernantes están tomando conciencia de que no se puede frivolizar con la soberanía alimentaria, con la producción agrícola, con el hambre de la gente.
Impacto sobre
las economías: Beneficios para agricultoras y consumidoras.
Agricultoras
En segundo lugar está la reducción de costos. Usando las variedades Bt, las que son resistentes a las plagas, se evita el uso de plaguicidas con el consecuente ahorro de dinero y trabajo. En el caso de usar variedades HT (Herbicide tolerance), éstas soportan el uso del glifosato, herbicida que elimina las malas hierbas. De este modo se ahorra el uso de otros tipos de herbicidas más caros y el tiempo y trabajo que antes se dedicaba a arrancar las malas hierbas puede ser dedicado a otras actividades más productivas.
Por último pero no menos importante, con las variedades resistentes a las plagas, las agricultoras dejan de exponer su salud a los compuestos presentes en los plaguicidas, algunos de los cuales en determinadas concentraciones pueden llegar a resultar tóxicos.
Fumigando sin la protección adecuada |
De todos modos las ganancias de las agricultoras pueden variar en el tiempo y en el espacio. Siempre hay que analizar los rendimientos y costos de cada cultivo transgénico comparándolo con los de otras prácticas posibles. No tiene sentido comprar semillas de maíz Bt en una zona donde apenas existen las plagas, estarías comprando semillas más caras por gusto. El caso de España es muy clarificador. Las agricultoras que más sufren la plaga del taladro, en Aragón y Cataluña, son los que más maíz Bt plantan. Tiene que desconcertar a los movimientos antitransgénicos el hecho real de que a nivel estatal las hectáreas dedicadas al cultivo de maíz Bt aumenten cada año, en un contexto en el que la superficie total dedicada al maíz ha disminuido en la última década. Las explotaciones agrícolas que se pasan a los cultivos biotecnológicos son una minoría creciente, que han decidido libremente apostar por los transgénicos, sin chantajes, con el sentido común con que ven las cuentas a final de mes (9).
La situación de competencia/monopolio entre las empresas suministradoras de semillas afecta profundamente a los ingresos de las agricultoras. Voy a poner como ejemplos la situación de las agricultoras argentinas y chinas que plantaban algodón Bt en los primeros años de la década de los 2000. Las primeras tuvieron márgenes de beneficio más estrechos que las segundas debido a la situación monopólica que Monsanto tenía. Esta empresa, al no existir competencia, vendía las semillas a unos precios elevados (aunque aún así seguía siendo más rentable continuar con el algodón Bt que volver al algodón convencional). En China, por el contrario, Monsanto se encontró con el incómodo sector público representado por la Academia China de las Ciencias Agrarias, cuyas variedades de algodón Bt crearon una situación de competencia en el mercado de semillas que obligó a Monsanto a bajar los precios, con el consecuente beneficio para el sector agrícola chino (10).
Incluso en las entrañas del Imperio los datos desalientan a las amantes de las teorías conspiranóicas. Durante los primeros años de comercialización de la tecnología transgénica, Falk-Sepeda, Traxler y Nelson calcularon los efectos anuales de la adopción del algodón Bt en los Estados Unidos por las consumidoras, productoras y suministradoras de semillas e insumos. Entre 1996 y 1998 los ingresos de las productoras algodoneras aumentaron en 105 millones de dólares al año como consecuencia de la adopción del algodón Bt, que redujo sus costos de producción y elevó los rendimientos efectivos. La industria, principalmente Monsanto y D&PL, ganó unos 80 millones de dólares gracias a las ventas de la tecnología Bt. El aumento de la producción de algodón redujo los precios finales, dando lugar a beneficios de unos 45 millones de dólares al año para las consumidoras estadounidenses (11). Con este dato sugiero que incluso en el peor de los escenarios las agricultoras sacan beneficios.
La situación de competencia/monopolio entre las empresas suministradoras de semillas afecta profundamente a los ingresos de las agricultoras. Voy a poner como ejemplos la situación de las agricultoras argentinas y chinas que plantaban algodón Bt en los primeros años de la década de los 2000. Las primeras tuvieron márgenes de beneficio más estrechos que las segundas debido a la situación monopólica que Monsanto tenía. Esta empresa, al no existir competencia, vendía las semillas a unos precios elevados (aunque aún así seguía siendo más rentable continuar con el algodón Bt que volver al algodón convencional). En China, por el contrario, Monsanto se encontró con el incómodo sector público representado por la Academia China de las Ciencias Agrarias, cuyas variedades de algodón Bt crearon una situación de competencia en el mercado de semillas que obligó a Monsanto a bajar los precios, con el consecuente beneficio para el sector agrícola chino (10).
Incluso en las entrañas del Imperio los datos desalientan a las amantes de las teorías conspiranóicas. Durante los primeros años de comercialización de la tecnología transgénica, Falk-Sepeda, Traxler y Nelson calcularon los efectos anuales de la adopción del algodón Bt en los Estados Unidos por las consumidoras, productoras y suministradoras de semillas e insumos. Entre 1996 y 1998 los ingresos de las productoras algodoneras aumentaron en 105 millones de dólares al año como consecuencia de la adopción del algodón Bt, que redujo sus costos de producción y elevó los rendimientos efectivos. La industria, principalmente Monsanto y D&PL, ganó unos 80 millones de dólares gracias a las ventas de la tecnología Bt. El aumento de la producción de algodón redujo los precios finales, dando lugar a beneficios de unos 45 millones de dólares al año para las consumidoras estadounidenses (11). Con este dato sugiero que incluso en el peor de los escenarios las agricultoras sacan beneficios.
A raíz de lo expuesto anteriormente quiero recalcar que los beneficios a las agricultoras no vienen dados únicamente por las ventajas de la tecnología en sí. Estos además aumentan si existen empresas (públicas o privadas) que desarrollen cultivares ecológicamente específicos y adaptados localmente a las necesidades de la población. Y por supuesto no pueden estar sometidos a las distribuidoras de semillas. Se hace necesaria la implicación del sector público o empresas nacionales en los mercados de semillas y demás insumos relacionados con la biotecnología agrícola, con el fin de evitar situaciones monopólicas.
Consumidoras
Las consumidoras, o hablando más humanamente, las personas, se benefician en general de las innovaciones tecnológicas en la agricultura ya que bajan los precios y aumenta la calidad de los productos que compran. Aunque en lo que respecta a los precios, los requisitos reglamentarios, como el etiquetado obligatorio, la segregación en el mercado o el mayor número de pruebas y controles que tienen que superar con respecto a las variedades convencionales pueden hacer que los precios finales no sean tan bajos como deberían ser.
Una de las principales consecuencias de la agricultura transgénica sobre la sociedad en general es que ayuda a asegurar el suministro alimentario a través del aumento de los rendimientos y la reducción de costos y superficie cultivable. No olvidemos que en 2050 seremos más de 9.000 millones de personas que necesitaremos un suministro de alimentos estable y de calidad (12). Si tuviéramos que arreglárnoslas con agricultura de subsistencia o agricultura ecológica (su variante pija y despreocupada) tendríamos que aumentar la superficie de cultivo hasta niveles insostenibles para el medio ambiente. Las nuevas tecnologías aplicadas a la agricultura, los mayores niveles de producción por hectárea de los cultivos transgénicos, pueden conseguir que el impacto ambiental sea mínimo aún a pesar de estar en disposición de alimentar a una población creciente.
A día de hoy, sin contar con las investigaciones en nuevos cultivos y nuevas características genéticas que están en periodo de ensayos, se encuentran en el mercado variedades transgénicas de: Soja, algodón, maíz, colza, trigo, arroz, tomate, papa, tabaco, pimiento, caña de azúcar, remolacha, calabacín, chopo, ciruela, petunia, papaya, melón, lino, césped, endivia, clavel, judías y alfalfa (13).
En cuanto a las nuevas propiedades de éstos, la mayoría de los cultivos anteriores contienen genes que confieren: Resistencia a plagas de insectos, tolerancia a herbicidas y resistencia a enfermedades producidas por virus. Además, hay una serie de modificaciones genéticas aplicadas a cultivos concretos: retraso de la maduración (tomate), reducción de nicotina (tabaco), soja que no produce ácido linoleico, propiedades antialérgicas (arroz), sistemas de control de la polinización (maíz, endivia), tolerancia a la sequía (caña de azúcar, maíz) y colza con alto contenido en ácido laúrico, etc.
Una de las principales consecuencias de la agricultura transgénica sobre la sociedad en general es que ayuda a asegurar el suministro alimentario a través del aumento de los rendimientos y la reducción de costos y superficie cultivable. No olvidemos que en 2050 seremos más de 9.000 millones de personas que necesitaremos un suministro de alimentos estable y de calidad (12). Si tuviéramos que arreglárnoslas con agricultura de subsistencia o agricultura ecológica (su variante pija y despreocupada) tendríamos que aumentar la superficie de cultivo hasta niveles insostenibles para el medio ambiente. Las nuevas tecnologías aplicadas a la agricultura, los mayores niveles de producción por hectárea de los cultivos transgénicos, pueden conseguir que el impacto ambiental sea mínimo aún a pesar de estar en disposición de alimentar a una población creciente.
A día de hoy, sin contar con las investigaciones en nuevos cultivos y nuevas características genéticas que están en periodo de ensayos, se encuentran en el mercado variedades transgénicas de: Soja, algodón, maíz, colza, trigo, arroz, tomate, papa, tabaco, pimiento, caña de azúcar, remolacha, calabacín, chopo, ciruela, petunia, papaya, melón, lino, césped, endivia, clavel, judías y alfalfa (13).
En cuanto a las nuevas propiedades de éstos, la mayoría de los cultivos anteriores contienen genes que confieren: Resistencia a plagas de insectos, tolerancia a herbicidas y resistencia a enfermedades producidas por virus. Además, hay una serie de modificaciones genéticas aplicadas a cultivos concretos: retraso de la maduración (tomate), reducción de nicotina (tabaco), soja que no produce ácido linoleico, propiedades antialérgicas (arroz), sistemas de control de la polinización (maíz, endivia), tolerancia a la sequía (caña de azúcar, maíz) y colza con alto contenido en ácido laúrico, etc.
Países productores de cultivos transgénicos |
Hace algunos años se realizó una encuesta a nivel internacional para conocer las posiciones de la opinión púbica con respecto a la biotecnología transgénica, mostrando unos resultados reveladores (14). Entre los más interesantes estaba el hecho de que la gente de América, Asia y Oceanía (unas tres quintas partes) acepta con mucha mayor probabilidad que la de Europa (sólo una tercera parte) que los beneficios de la biotecnología son superiores a los riesgos. Podría deducirse de estos datos que en general, las personas de países con ingresos más altos tienden a ser más escépticas sobre los beneficios de la biotecnología y a preocuparse más por los riesgos potenciales. Por ejemplo, la ciudadanía de países americanos de ingresos más altos, como Argentina y Chile, es más escéptica que los de países de ingresos menores, como República Dominicana y Cuba. En general, la población de los países en desarrollo tendía más a apoyar la aplicación de la ingeniería genética para reducir el empleo de plaguicidas y herbicidas de síntesis.
Hablando en plata, las economías familiares de los países pobres son dramáticamente conscientes de que la calidad de vida de sus miembros puede mejorar con precios más bajos, con rendimientos mayores, con una producción alimentaria asegurada. Por el contario, la población de los países ricos es más reacia a la biotecnología agrícola porque hace mucho tiempo que han dejado de percibir como un riesgo real vivir situaciones de escasez alimentaria o pobreza. Podría decirse que es una cuestión de clase a nivel internacional, las economías familiares de los países ricos siempre podrán pagar por alimentos más caros derivados de rendimientos bajos, y nunca les faltará el suministro. Podrán comprar alimentos ecológicos a precio de caviar porque sus rentas son varias veces superiores a las de las habitantes de los países pobres. Además están muy tranquilas porque aunque la oferta de agricultura ecológica sufra una caída (malas cosechas, aumento de la población) no se morirán de hambre, siempre podrán ir al super a comprar productos de agricultura convencional. Vamos, que cuando no te juegas la vida, los niveles de frivolidad pueden llegar a ser escandalizantes.
Hablando en plata, las economías familiares de los países pobres son dramáticamente conscientes de que la calidad de vida de sus miembros puede mejorar con precios más bajos, con rendimientos mayores, con una producción alimentaria asegurada. Por el contario, la población de los países ricos es más reacia a la biotecnología agrícola porque hace mucho tiempo que han dejado de percibir como un riesgo real vivir situaciones de escasez alimentaria o pobreza. Podría decirse que es una cuestión de clase a nivel internacional, las economías familiares de los países ricos siempre podrán pagar por alimentos más caros derivados de rendimientos bajos, y nunca les faltará el suministro. Podrán comprar alimentos ecológicos a precio de caviar porque sus rentas son varias veces superiores a las de las habitantes de los países pobres. Además están muy tranquilas porque aunque la oferta de agricultura ecológica sufra una caída (malas cosechas, aumento de la población) no se morirán de hambre, siempre podrán ir al super a comprar productos de agricultura convencional. Vamos, que cuando no te juegas la vida, los niveles de frivolidad pueden llegar a ser escandalizantes.
Si a todo ello unimos la escasa cultura científica de la sociedad, la presión y propaganda de los grupos antitransgénicos, el sensacionalismo de los medios de comunicación (que dan más cancha a estos que a las investigaciones de la comunidad científica) y la percepción de una supuesta relación entre transgénicos y multinacionales... tenemos un escenario nada sencillo para la implantación de estas tecnologías. Las políticas de la Unión Europea reflejan fielmente esta situación, vetando prácticamente el cultivo de transgénicos en territorio comunitario, basándose únicamente en argumentos emocionales en lugar de científico-económicos.
Curiosamente, las restrictivas políticas comunitarias, aplaudidas por asociaciones ecologistas como Greenpeace, benefician a las grandes multinacionales de la biotecnología (15). A las grandes inversiones que hay que dedicar en investigación previa, ensayos de campo, etc., hay que añadir el precio de realizar un número exagerado de pruebas de inocuidad sobre la salud y el medio ambiente exigidas por la legislación europea. Estas medidas de seguridad estarían justificadas si hubiera indicios o evidencias científicas que las respaldaran. Pero tristemente están basadas en presiones, miedos, y demás elementos que no deberían regir en la gestión pública. En definitiva, tantas son las trabas, tantos los vetos de mercado, tanta la cantidad de dinero que se necesita para poder poner una variedad de cultivo transgénica en el mercado, que sólo las empresas multinacionales pueden aventurarse en semejante empresa. Las pequeñas y medianas empresas actualmente no pueden afrontar las inversiones necesarias, y las empresas públicas, en el contexto de recortes en que están inmersas, desgraciadamente tampoco (Hablo de la UE, ojo!).
Para terminar cito una serie de datos y cifras sobre la situación global del comercio de cultivos transgénicos en el 2012 (16):
· Un nuevo record de 170 millones de hectáreas de cultivos transgénicos se ha dado en 2012, con un crecimiento de un 6% respecto al 2011. En los 17 años de implantación no han dejado de crecer año tras año. Es la tecnología agrícola más rápidamente adoptada en la historia reciente.
Curiosamente, las restrictivas políticas comunitarias, aplaudidas por asociaciones ecologistas como Greenpeace, benefician a las grandes multinacionales de la biotecnología (15). A las grandes inversiones que hay que dedicar en investigación previa, ensayos de campo, etc., hay que añadir el precio de realizar un número exagerado de pruebas de inocuidad sobre la salud y el medio ambiente exigidas por la legislación europea. Estas medidas de seguridad estarían justificadas si hubiera indicios o evidencias científicas que las respaldaran. Pero tristemente están basadas en presiones, miedos, y demás elementos que no deberían regir en la gestión pública. En definitiva, tantas son las trabas, tantos los vetos de mercado, tanta la cantidad de dinero que se necesita para poder poner una variedad de cultivo transgénica en el mercado, que sólo las empresas multinacionales pueden aventurarse en semejante empresa. Las pequeñas y medianas empresas actualmente no pueden afrontar las inversiones necesarias, y las empresas públicas, en el contexto de recortes en que están inmersas, desgraciadamente tampoco (Hablo de la UE, ojo!).
Para terminar cito una serie de datos y cifras sobre la situación global del comercio de cultivos transgénicos en el 2012 (16):
· Un nuevo record de 170 millones de hectáreas de cultivos transgénicos se ha dado en 2012, con un crecimiento de un 6% respecto al 2011. En los 17 años de implantación no han dejado de crecer año tras año. Es la tecnología agrícola más rápidamente adoptada en la historia reciente.
· De los 28 países que tienen cultivos biotecnológicos, 20 son países en vías de desarrollo y 8 países industrializados.
· Sudán y Cuba son los dos últimos países en permitir el cultivo de transgénicos. El primero algodón Bt y el segundo maíz Bt
· De los 17.3 millones de agricultoras que plantaron en 2012 cultivos transgénicos, un 90% fueron agricultoras de pocos recursos en los países pobres.
· El algodón Bt incrementó los ingresos de las agricultoras significativamente con aumentos de 205 dólares por hectárea, reduciendo además a la mitad las cantidades de insecticidas, reduciendo la exposición de los agricultores a éstos.
· Al contrario de las predicciones de los años noventa, que declaraban prematuramente que los cultivos transgénicos estarían en manos de multinacionales de los países ricos, tenemos que en 2012 el 52% de los cultivos transgénicos están plantados en países en desarrollo. Durante el periodo 1996-2012 los beneficios acumulados fueron aumentando en los países pobres hasta llegar a los 49 mil millones de dólares comparado con los 48 mil millones de los países ricos.
· En torno a un 25% de los cultivos poseen rasgos combinados, normalmente de resistencia a insectos y a herbicidas.
· Los cinco países no desarrollados líderes en cultivos biotecnológicos son China, India, Brasil, Argentina y Sudáfrica.
· Brasil va a aprobar la primera soja doblemente resistente a insectos y herbicidas en 2013. El EMBRAPA, la institución pública del sector, con mil millones de dólares de presupuesto, va a comercializar una variedad de judía local resistente a virus. Recordemos que las judías (frijoles) son un alimento básico en Latinoamérica.
· En la UE, sólo cinco países (España, Portugal, Repúblicas Checa y Eslovaca, y Rumanía) plantaron un 13% más de maíz Bt. España planta el 90% de este maíz, siendo un 30% del total de maíz plantado en el país.
· El plan de aprobar en 2014 una papa biotecnológica resistente al tizón tardío, enfermedad que causó la gran hambruna irlandesa del siglo XIX, podría eliminar unas pérdidas estimadas de 1.500 millones de dólares anuales en la UE y de 7.500 millones de dólares en el mundo entero.
· Desde 1996 hasta 2011, los cultivos biotecnológicos han incrementado la producción valorada en 98 mil millones de dólares, han ayudado a aliviar la pobreza de 15 millones de pequeñas agricultoras y sus familias, aproximadamente 50 millones de personas. El 51% de esos beneficios fueron debidos a la reducción de costes de producción (menos pesticidas y eliminación del trabajo que implica arrancar las malas hierbas) y el 49% al aumento del rendimiento de las cosechas en 328 millones de toneladas.
· Perspectivas futuras. El primer maíz tolerante a la sequía será comercializado en Norteamérica en 2013. Este mismo año se plantará en Brasil la primera soja resistente a insectos y herbicidas. Pendiente de aprobación, el arroz dorado podría empezar a comercializarse en 2013/14 en Filipinas. La caña de azúcar resistente a la sequía es una posible candidata en Indonesia.
Notas
(1) Artículo de la web "Semillas y Salud".
(2) Impacto económico del algodón transgénico en la India. J.M.Mulet
(3) Transgénicos, Parte 1: Agricultura y Tecnología
(4) La Revolución Verde: Investigación, desarrollo, acceso y efectos, FAO
(5) Grupo Consultivo sobre Investigación Agrícola Internacional.
(6) Repercusiones económicas del algodón transgénico, FAO
(7) Los transgénicos "Made in China" esquivan los tópicos
(8) Ecuador asume debate sobre legalización de transgénicos
(9) El cultivo de maíz modificado genéticamente en España. Ministerio de Agricultura
(10) Repercusiones económicas del algodón transgénico en países en desarrollo, FAO
(11) Repercusiones económicas en los Estados Unidos, FAO
(12) ¿Cómo alimentar al mundo en 2050? FAO
(13) Base de datos de cultivos transgénicos aprobados, ISAAA
(14) Beneficios y riesgos de la biotecnología
(15) Paradojas y aberraciones de la política europea sobre transgénicos. J.M. Mulet
(16) Global Status of Commercialized Biotech 2012, ISAAA
Me alegra ver que desde posturas de izquierdas se intentan eliminar todos esos prejuicios hacia la ciencia en general y en los trangénicos en particular. Muy interesante de verdad. Felicidades por el post. La única pega es el uso de x para "igualar" y no "excluir", siempre lo he visto innecesario pero es tu blog y lo usas como quieres.
ResponderEliminarHola. Con todo el respeto: el artículo es interesante, pero resulta ilegible por palabras como "satisfechx" y similares. Un saludo.
ResponderEliminarEl contenido del post es excelente, pero por favor, quita todas esas x que hacen su lectura francamente penosa. He visto en tu perfil que estás preparando el B2 de inglés, ¿te atreverías a hacer una modificación homóloga en esa lengua si descubres que no te gusta algo?
ResponderEliminarEsto de las x, así como el uso de la @, no tiene nada que ver con la igualdad de derechos o el reconocimiento social de la mujer, sólo sirven para destrozar el idioma y entorpecer la transmisión del mensaje. Muchas amigas me han comentado que se sienten insultadas por quienes pretenden reivindicarlas por este medio tan absurdo, ineficaz e irrelevante.
En cualquier caso, al margen de las percepciones subjetivas, te pido que hagas uso de ese pensamiento crítico que dices propugnar para reconsiderar este asunto. Creo que hay formas mucho más adecuadas y sensatas de transmitir tu postura. Hazlo mediante el contenido, y no machacando el continente.
Por cierto, quedo a la espera del prometido próximo artículo.
Suscribo los comentarios anteriores. Hay mucha gente a la que llevar estos argumentos y una buena parte podría quedarse fuera por no entender el uso de las X o las @. Espero que decidas tomar cartas en este tema, que tengo amigos que me gustaría que lo leyeran.
ResponderEliminar"Además están muy tranquilxs porque aunque la oferta de agricultura ecológica sufra una caída (malas cosechas, aumento de la población) no se morirán de hambre, siempre podrán ir al super a comprar productos de agricultura convencional. Vamos, que cuando no te juegas la vida, los niveles de frivolidad pueden llegar a ser escandalizantes."
ResponderEliminarFrivolidad es tu artículo. Tu desconocimiento sobre la agricultura en particular y la ecológica en lo convencional es avergonzante), pero lo peor es lo que sugiere la frase "aumento de la población". ¿Sugieres que con los transgénicos se va a solucionar el hambre en el mundo ya que por fin habrá comida para todos? ¿Eres consciente de que el problema del hambre no es un problema de cantidad de alimento sino de acceso a la comida?
"170 millones de agricultorxs de 28 países han decidido pasarse al cultivo de transgénicos por los beneficios socioeconómicos y ambientales que generan."
¿Podrías enumerar los beneficios ambientales a largo plazo? Ah vaya, que no puedes, resulta que a largo plazo NO EXISTEN estudios sobre el impacto de transgénicos. ¿No te da vergüenza mentir tan descaradamente?
"Brasil va a aprobar la primera soja doblemente resistente a insectos y herbicidas en 2013." Vaya, ¡resistente a insectos! Veremos entonces como se poliniza.
"El plan de aprobar en 2014 una papa biotecnológica resistente al tizón tardío, enfermedad que causó la gran hambruna irlandesa del siglo XIX" Mira que podrías haber elegido enfermedades ¿eh? El tizón tardío se puede controlar con muchos fungicidas pero además, es que la agricultura no la han inventado estas multinacionales y resulta que oh! ya existen en el mundo variedades mejoradas por agricultores por selección natural durante generaciones.
El resto del artículo es más de lo mismo. Desinformación, informaciones erróneas y/o manipuladas e ignorancia y desconocimiento absoluta sobre el tema que estás hablando. Vergonzoso.
¡Qué horror con las equis!
EliminarAparte de eso… responderé a este anónimo en concreto, pues le veo un poquito confuso.
1. Comparar la agricultura ecológica con los productos transgénicos es comparar la pasteurización con el yogur desnatado. Lo primero es una técnica (una técnica agrícola en el ejemplo real observado), mientras que lo segundo es un tipo de organismo. Por tanto, es incorrecto comparar.
2. Comparando la agricultura ecológica con la agricultura al uso, encontramos menos productividad, menos versatilidad, menos durabilidad y menos calidad nutricional.
3. Comparando organismos transgénicos con no transgénicos, encontramos mayor productividad, menor necesidad de uso de sustancias nocivas para el medio ambiente, mayor control sobre las poblaciones, un abaratamiento del coste, y mayor riqueza nutricional. Además, una cosa curiosa: los organismos transgénicos pueden dar un mayor acceso a la comida, pudiéndose plantar donde otras plantas no sobrevivirían.
4. ¿Beneficios ambientales a largo plazo? Se me ocurre uno de entrada. Menor contaminación. Seguro que hay ás.
5. Cuando se habla de resistencia a insectos se refiere a la depredación, no a la polinización.
6. La selección realizada por personas no es natural.
7. Si tienes un transgenico resistente, ya no tienes que usar fungicidas --> menor contaminación.
8. ¿Quién dice que tiene desconocimiento? deberías leer más artículos científicos que traten de organismos transgénicos.
9 (y fin). Si sigues estando en contra de los transgénicos, como protesta te sugiero que dejes de usar billetes de euro, pues están hechos con algodón transgénico. Si quieres te doy mi dirección y me los envías todos, que yo me ocupo de ellos.
1. En ningún momento comparo la agricultura ecológica con los transgénicos. Simplemente me refiero a ellos.
Eliminar2. Típica frase de quien nunca ha visto ni sabe como funciona una producción ecológica. Haz una prueba, compara producciones, costos y fertilidad de la tierra en un plazo largo de tiempo, pongamos 10 años, luego me hablas sobre productividad. Lo de la calidad nutricional ni te lo comento, luego nos llaman a nosotros conspiranoicos.
3. ¿Menor necesidad de uso de sustancias nocivas para el medio ambiente? El medio ambiente debe estar harto agradecido de que en los campos de transgénicos la cantidad de herbicida vertido esté muy por encima de anteriores niveles. ¿Abaratamiento de coste? Resistencias de insectos a plaguicidas y a herbicidas suponen que cada año el agricultor tenga que utilizar más insumos para enfrentarse a los mismos problemas. El hecho de además, tener que firmar contratos con la empresa dueña de las semillas es otro gran "abaratamiento" sobretodo cuando antes el agricultor se autoabastecía de sus propias semillas. Lo de la riqueza nutricional... no por mucho repetir una mentira vas a convertirla en verdad.
Los transgénicos no van a dar ningún acceso a la comida, el acceso a la comida lo da el dinero, quien lo tiene come, quien no, no come.
4. ¿Menor contaminación? ¿No pueden concretar en qué? Yo voy a concretar en una contaminación. Contaminación genética.
5. Los insectos fitófagos no depredan plantas. De todas maneras el problema de las plagas tiene dos soluciones muy sencillas: policultivo, biodiversidad y rotación de cultivos.
6. La selección realizada por personas es como te has estado alimentando toda la vida.
7. Si usas variedades resistentes y haces tratamientos preventivos, no tienes ni que utilizar transgénicos ni fungicidas.
8. ¿Quién dice que tiene desconocimiento? Deberías cultivar tus propios campos y aprender un poquito sobre este oficio.
9. En ningún momento he dicho que esté en contra de los transgénicos ni a favor. Lo que he rebatido son los argumentos que utilizáis. Hoy por hoy, sin estudios a largo plazo que confirmen o descarten el impacto que tienen sobre las personas y el medio ambiente no podemos permitir que se comercialicen y cultiven. Se trata de nuestras tierras y de nuestra salud. No dudo que si en lugar de transgénicos fuera un medicamento adoptarías la misma posición que la que adopto yo hoy.
Si os preocupa el hambre en el mundo, la lucha de los transgénicos no es la adecuada. Si os preocupa la productividad de los cultivos os pediría que centraráis más vuestros esfuerzos en que no sea el mercado el que imponga unos precios que arruinen a los agricultores. Si os preocupan las plagas y las malas hierbas, promoved los policultivos y la rotación de cultivos y un poco de buenas prácticas agrícolas en general.
10. No estoy nada confundido. Soy la cuarta generación de agricultores en mi familia. Entre artículo y artículo científico que os leáis, os invito a que conozcáis de primera mano como funciona la agricultura.
Me gusta el punto 4, "Contaminación genética". ¿Lo contrario qué es, pureza genética? Uy uy uy, qué jardín más peligroso...
EliminarPor lo demás, demasiado argumento de autoridad, demasiado insistir en que el autor no es agricultor. Vaya chorrada.
1. Has hecho comparativa entre agricultura ecológica y transgénicos.
Eliminar2. No solo he visto, sino que he trabajado activamente en ambos tipos de cultivo. De todos modos, no es algo que solamente haya visto con mis propios ojos, sino que existen una buena cantidad de estudios científicos sobre el tema. Por cierto: cuidado con las falacias.
3. ¿Puedes citar datos en que haya mayor uso de sustancias tóxicas? ¿Puedes citar datos que demuestren lo que dices sobre tu negativa en abaratamiento? ¿No crees que si no fueran más rentables, los agricultores no lo cogerían?… Finalmente, sobre los nutrientes… ¿Has oído hablar de, por ejemplo, el arroz dorado?
4. ¿Qué contaminación genética? ¿Acaso un cultivo de una planta en un lugar no autóctono para ella (como el tomate en Europa, por poner un ejemplo de miles) no provoca ese mismo tipo de contaminación? No hay diferencia a ese respecto entre variedades de cultivo tradicionales y transgénicas.
5. "Los insectos fitófagos no depredan plantas". Claro. Y un animal carnívoro no depreda animales, no te jode. Tu frase falla en la propia definición. El uso de organismos transgénicos no rechaza ninguna de las técnicas que has mencionado, de modo que demonizarlos por eso es una estupidez.
6. La selección realizada por personas sigue siendo artificial. Y la transferencia horizontal sí ocurre de forma natural, por algunos virus. Lo que hacemos con transgénesis es hallar exactamente lo que deseamos, y llevarlo a cabo de forma artificial (como la selección artificial por intereses), pero en vez de mezclar dos cosas que no sabemos lo que va a salir, vamos a tiro fijo. Sabemos lo que metemos, sabemos por qué lo metemos, y de antemano sabemos lo que vamos a obtener. Es hacer lo mismo, pero mejor.
7. Las variedades resistentes cuesta mucho obtenerlas, es tremendamente difícil, no puedes buscarlas, y cuando surgen, lo hacen casi de forma arbitraria. Usando la transgénesis, le aportas la resistencia de forma directa y segura, saltándote los pasos intermedios para obtener el mismo resultado. Por cierto, que muchas, muchísimas veces es imposible obtener un resistente por la simple hibridación. Si quieres obtener resistencia a "A", qué prefieres, ¿un proceso caro, de décadas con resultados inciertos, o uno barato, de tres años con resultados exactos?
8. Llegas tarde. Eso yo ya lo he hecho. ¿Has hecho tú tus deberes? La ciencia no está en un solo campo, sino en los resultados obtenidos en todos ellos.
9. Esos estudios existen. Todos los organismos transgénicos que salen adelante superan rigurosos controles, mucho más exigentes que los que tiene que superar uno ecológico (y muchos de los cuales, los ecológicos no superarían por su baja seguridad sanitaria, entre otros motivos). Ni un solo transgénico que sale adelante tiene ningún riesgo. Que tú no conozcas esos estudios no significa que no existan. ¿Se trata de nuestras tierras? Creo que ahí, manda el agricultor. ¿Nuestra salud? Cientos de intoxicaciones en el último año por productos de origen ecológico no te dan la razón en ese tema. ¡Cuidado! … ¿Mercados que arruinen a los agricultores? Parece que ahí tampoco estás muy enterado… Nadie obliga a ningún agricultor a plantar un organismo transgénico. Y las patentes tienen una duración limitada. Nada. Si promovemos los transgénicos es porque, a la vez, con una sola cosa, estamos promoviendo todas ellas, la productividad, la accesibilidad, la lucha contra plagas y patógenos, …
10. No has leído un artículo científico en tu vida, ¿Verdad?… ¿Alguna vez has plantado una variedad transgénica en tus cultivos? ¿O simplemente hablas de lo que has oído por ahí? ¡Cuánto daño hace la ignorancia!
Tienes una enorme cantidad de falacias de autoridad, rozas de pasada alguna falacia de falsa dicotomía, e incluso ad populum. ¿Cuándo empezarás con los ad hominem?
Rectifico: "Tu desconocimiento sobre la agricultura en general y la ecológica en lo particular es avergonzante"
ResponderEliminarEnhorabuena por el post. No es fácil escribir este tipo de artículos sin tener que enfrentarte a la ira de los conspiranoicos illuminati que creen que todo es un complot en manos de corporaciones mundiales. Por si te quieres pasar por mi blog, tengo un artículo también sobre el tema: http://www.uncafelitoalasonce.com/transgenicos-si-gracias/
ResponderEliminarte metia el maiz transgenico por el culo hjo pta
ResponderEliminarY se queda tan ancho
EliminarLos transgénicos como descubrimiento de laboratorio es algo realmente magnífico. Pero como descubrimiento, de debe de analizar y estudiar los impactos que puedan traer a corto y a largo plazo, más, hacia al entorno ambiental.
ResponderEliminarLa población crece exponencialmente conforme el paso del tiempo, ésta gente requerirá de servicios y alimentos que se extraeran de la naturaleza, por eso la gran importancia de cuidar, preservar y manejar correctamente el medio físico.
La mezcla genética ha sido un proceso natural, selectivo y lento. Mientras que la transgénesis influenciada por el hombre ha logrado hacer eso en un 'par de días'. Con el tema de los transgénicos hay opiniones de los dos lados, de quienes están a favor y de quienes les tienen pavor. Cada bando tiene algo de razón, pues la perfección está lejos de ser creada por el hombre. Recordemos que en este complejo tema existen varios puntos por dialogar, el primero es el análisis del objeto, en segundo está el analizar quienes distribuyen a ese objeto y en tercera, el análisis de los métodos y formas de distribución del objeto. Estos puntos responden al ¿qué?, ¿quienes?, ¿cómo?. Podríamos responder otras cuestiones más, pero las más relevantes son esas tres.
Los OGMs tienen ventajas así como desventajas. Razones por las cuales se deben investigar científicamente las vertientes del objeto a estudio.
Muchos estudios han revelado que los cultivos transgénicos tienen un mayor volumen de producción, por ser resistentes a las plagas que afectaban antigüamente. Pero igualmente, han revelado muchos estudios científicos casos de perdidas garrafales de los cultivos trangénicos por afectación de reaparición de las mismas plagas que inicialmente no ya afectaban a los transgénicos recién introducidos al entorno. Lo que llevó a una de las primeras y controversiales conclusiones negativas: Los organismos considerados plaga mutan para volverse resistentes a estos organismos transgénicos. El caso más sobresaliente es el de la mariposilla blanca en China y en India.O sea, estamos influyendo en la "creación" de súper plagas.
Otros estudios han demostrado que los cultivos BT dañan a organismos no considerados plaga, pues estas toxinas que producen los transgénicos no son selectivas, dañan a quienes intenten robar bocado del cultivo modificado genéticamente, Los casos estudiados son las disminuciones de las poblaciones de abejas, mariposas y otros animales que habitan cerca de los campos trangénicos demuestran que al ingerir polen del maíz BT se intoxican,y si no se mueren, les causa daños metabólicos. Hablando de este cultivo BT se ha debatido la controversia de que esas toxinas que ingerimos los humanos mediante los granos de los cultivos transgénicos puedan ser absorvidas por las bacterias y/o virus que se alojan en nuestro organismo, mediante la transferencia horizontal de genes, esto haría que dichos microorganismos fueran resistentes a medicamentos o antibióticos.
Hablando de "contaminación" genética a otras especies nativas no modificadas, realmente que sucedería... ¿se pierde una especie?, o ¿se gana una nueva, y mejorada?.
ResponderEliminarOtro detalle de los OGMs es que al tener mayor productividad se necesita, tanto mayor cantidad de agua para riego (recordemos que la composición de agua de los organismos es aproximadamente un 70%), como de fertilizantes, pues la tierra tiene una determinada capacidad de carga.
Pero de tal manera, existe el arroz dorado, con mejores propiedades nutricionales. Existe el maíz resistente a sequias, que se está implementando en parte de Africa.
Otro detalle muy interesante con los cultivos RR, es que son fumigados con herbicidas con el compuesto activo llamado glisofato, que de igual forma ha sido objeto de estudio, con más resultados negativos que positivos. Se ha demostrado que es cancerígeno, ese estudio fue llavado a cabo por un científico Francés, que causó revuelo por tal resulatado. Por eso se tienen que respetar los estandares permisibles residuales de ese mencionado compuesto activo. Este compuesto afecta el ciclo vital del nitrógeno en la tierra, lo que conlleva a problemas con el desarrollo del cultivo así como también problemas de erosión por causa de la lixiviación del glisofato, que al final de cuentas contamina las aguas subterraneas, que por escorrentía llegan a aguas superficiales, donde existe biodiversidad que ya se ha estudiado por afectaciones fisiológicas en anfibios y peces.
Así que si se manejan los trangénicos con el contexto de la no contaminación ambiental, el uso del glisofato debería de estudiar más a fondo.
Todavía hay mucho que investigar y que descubrir, el desarrollo sustentable busca la preservación de los recursos para las futuras generaciones, así que hay que evitar los riesgos innecesarios para poder cumplir dichos objetivos.Una disciplina muy interesante es la etnoecología, que busca el rescate de esas técnicas tradicionales y ancestrales del manejo del medio, pues al estudiar científicamente muchas zonas indígenas, se ha demoestrado que esas personas dominan su medio, aunque carecen de terminología técnica, pero que en la practica demuestran sus creencias y saberes en terreno de agricultura. En México y en muchas partes de Sudamérica se estan rescatando estos saberes, por que se ha comprobado que las actividades agrícolas, que generalmente son policultivos, agroforestería y silvicultura, tienen un impacto nulo o muy levemente negativo al entono natural. Si se logran mezclar correctamente los saberes antigüos con los contemporaneos, se podría encaminar hacia la utopia de la sustentabilidad ambiental.