jueves, 31 de marzo de 2016

Loro Parque, show must go on?

Hace unos días Sea World (zoológico/acuario estadounidense) tomó la decisión de cancelar los shows con orcas y su programa de reproducción en cautividad. Esta medida llegó después de que la empresa se viera obligada a impedir al personal de entrenamiento estar en las piscinas junto a los cetáceos.

Semejante cambio en la política de la multimillonaria empresa no puede entenderse sin la presión ejercida por miles de personas y movimientos sociales que llevan décadas luchando por el fin del cautiverio de estos y otros cetáceos.

La difusión viral de los documentales “The Cove” y “Black Fish” amplificó la indignación de cada vez más gente ante las condiciones de vida de orcas y delfines en las piscinas de estas empresas. Por ello Sea World acabó por reconocer en su comunicado de prensa que “la sociedad está cambiando”, algo que lleva demostrándose por la disminución del margen de beneficios y la cada vez peor imagen social que la sociedad civil tiene de sus polémicas actividades.

Ya en un artículo anterior hablaba sobre las consecuencias que el cautiverio y los shows tienen sobre la salud física y psicológica de las orcas, los supuestos fines educativos, conservacionistas y las vidas humanas que se ha cobrado este lucrativo negocio. Por ello no voy a repetirme.

¿Pero qué sucede en esa isla perdida del Atlántico donde seis orcas están en una piscina a escasos metros del océano?

Pues bien, Loro Parque, la empresa propiedad de Wolfgang Kiessling, mostró su desconcierto a través de un comunicado, pidiendo una reunión con Sea World. Cuatro de sus seis orcas fueron cedidas por la empresa estadounidense, y parece ser que la que nació en el zoológico canario y la capturada en el Mar del Norte, también están bajo la tutela de Sea World. 

De forma bastante cínica habla en dicho comunicado de su amor a los animales y de lo cruel que supone negarles el derecho a la reproducción. Sin comentarios.

Aunque cuesta mantener la calma y la objetividad, voy a recordarles lo que dice la legislación española sobre la actividad que desarrolla Loro Parque. La Ley 31/2003 de conservación de la fauna silvestre en los parques zoológicos dice en su Artículo 3, “Medidas de bienestar animal, profilácticas y ambientales”, lo siguiente:

Los parques zoológicos quedan obligados al cumplimiento de las medidas de bienestar de los animales en cautividad, profilácticas y ambientales indicadas a continuación, y en su caso, a las establecidas por las comunidades autónomas: 
  • Alojar a los animales en condiciones que permitan la satisfacción de sus necesidades biológicas y de conservación. 
  • Proporcionar a cada una de las especies un enriquecimiento ambiental de sus instalaciones y recintos, al objeto de diversificar las pautas de comportamiento que utilizan los animales para interaccionar con su entorno, mejorar su bienestar y, con ello, su capacidad de supervivencia y reproducción. 
A continuación, el artículo 4, “Programas”, continúa:

Un programa de conservación “ex situ” de especies de fauna silvestre que, al realizarse fuera de su hábitat natural, debe estar orientado a contribuir a la conservación de la biodiversidad, deberá constar de una o varias de las siguientes actividades: 
  • Participación en programa de cría en cautividad con fines de repoblación o reintroducción de especies animales en el medio silvestre, o de conservación de especies. 
No hace falta estudiar biología marina para constatar que el cautiverio de orcas y su uso en shows vulnera claramente el Artículo 3 de la citada Ley. Del mismo modo, realizar un programa de cría en cautividad de una especie cuando 1) NO se tiene intención de repoblar o reintroducir en el medio silvestre y 2) NO se encuentra en ninguna de las tres categorías de peligro de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN)… también contradice el Artículo 4.

La filosofía de esta normativa estatal es claramente conservacionista. Pretende que los zoológicos sean lugares donde se conserven especies en peligro, recuperando las poblaciones siempre con el fin último de reintroducirlas en sus hábitats naturales.

Acabo de citar a la UICN. Las tres categorías de peligro que establece son “Vulnerable”, “En Peligro” y “En Peligro Crítico”. Resulta que ni las orcas, ni los delfines mulares, ni los leones marinos (tres especies con las que el Loro Parque realiza shows) están en ninguna de las tres categorías. Entonces, ¿por qué están cautivas?, ¿por qué se las reproduce? Muchas son las posibles respuestas, pero ninguna pasa por “conservar la especie”.

Vivimos tiempos duros en lo social y este tema puede considerarse tabú en ciertos sectores debido a la fuente de empleo que supone el Loro Parque. Yo no soy una persona frívola, sé lo que se siente al estar desempleado y también sé lo que es dejar de cobrar la prestación por desempleo. No estoy en contra de la riqueza que genera el Loro Parque, sino de las fuentes de esa riqueza. 

Creo que se puede crear y mantener empleo que no se sustente en el maltrato animal. Creo que un zoológico como Loro Parque puede cumplir con la ley sin necesidad de ser clausurado. Basta con que sus actividades lucrativas sean acordes con las políticas conservacionistas.

Debemos presionar al Loro Parque para que conserve y establezca programas de cría en cautividad o de rehabilitación de especies tan emblemáticas para nuestras islas como pueden ser el guirre (En Peligro), el murciélago orejudo canario (En Peligro), la tortuga boba(Vulnerable) o el lagarto gigante de Teno (En Peligro Crítico), etc.


El Loro Parque tiene dos almas, una de espectáculo circense y otra conservacionista. La sociedad canaria debe aplaudir y estimular la segunda. 

Nuestra empatía y compasión hacia el sufrimiento de otras especies sintientes ha madurado en las últimas décadas. Una orca, al igual que un ser humano, nació para ser libre. Un delfín, al igual que un ser humano, piensa, siente, sufre y tiene intereses entre los cuales no está el comer pescado muerto como recompensa a una acrobacia.

Sea World lo ha reconocido. Ha terminado con los shows y la reproducción en cautividad. Pero todavía queda mucho por hacer. No tiene sentido conservacionista mantener cautiva una especie salvaje que no esté en peligro.

Esperemos que Loro Parque esté a la altura de los tiempos y aspire a convertirse en un santuario de la vida salvaje. De lo contrario se las verá con la oposición de cada vez más gente indignada.

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