miércoles, 7 de diciembre de 2011

Sobre animales, jaulas, y animales que enjaulan a otros animales.

La mayoría de nosotros tenemos recuerdos entrañables de los  zoológicos, acuarios, o circos. Los delfines del Loro Parque, el chimpancé  de Zoolandia, los elefantes del circo sobre los que nos fotografiaban, etc. Comprendimos que el mundo iba más allá del estanco donde comprábamos chicles, un lugar tan grande que hasta cabían jirafas y ballenas. Fueron experiencias espectaculares, muchas de las cuales fundamentaron la vocación profesional de más de uno. Pero, ahora que somos adultos, me atrevo a lanzar una reflexión ¿Es la mejor forma de dar a conocer la naturaleza a las generaciones futuras?

Tigre cautivo
Como muchas otras cosas, la Naturaleza también la consumimos enlatada. Cuando nos acostumbramos desde chicos a ver animales en cautividad, en nuestra mente terminamos por disociarlos de sus hábitats naturales (te diviertes con un delfín atravesando un aro pero te importa poco que no depuremos el agua que se tira al mar). Este tipo de relación con el mundo natural es muy peligrosa, es artificial porque sacamos a los animales de un contexto para meterlo en otro (un espacio en el recorrido del zoológico de tu ciudad). Repito que esto es tremendamente grave ya que omitimos la naturaleza que hay más allá de la civilización, y de ahí a destruirla hay una difusa línea en nuestras conciencias. Creo que todavía queda mucho tiempo hasta que no nos quede más remedio que encerrar animales para “protegerlos”, como en las películas futuristas donde soñamos con ovejas eléctricas y las lechuzas robóticas están muy logradas*.


Pero hasta entonces, ¿está bien privar a un animal de su libertad? ¿Por qué lo hacemos? ¿Es ético?

Desde que somos seres humanos, y mucho antes, nos las hemos arreglado sacando provecho de algunos animales. Nos los hemos comido, los hemos domesticado para múltiples fines, matamos a los que nos podrían perjudicar.  Se supone que eran, y siguen siendo, acciones que se realizaban para satisfacer una necesidad. El tener animales en un zoológico parece igual de legítimo que los otros ejemplos de relación con el medio natural.

Propongo que discernamos sobre algo; es cierto que cualquier uso que hacemos de un animal responde a una necesidad. Entonces usemos la racionalidad que tanto dicen que nos separa del resto de las especies y decidamos qué necesidades humanas son indiscutibles y vitales, y cuáles pueden ser prescindibles, sobre todo en caso de depender del sufrimiento y la desnaturalización de un animal.

Sin la intención de ser polémico, veo necesario experimentar con animales con fines científicos para mejorar la calidad de vida de las personas, igual que matar a otros por su alimento (otro largo tema sería las condiciones en que viven algunos animales antes de morir), o para evitar infecciones o situaciones de insalubridad. Me parecen motivos legítimos porque son esenciales para nuestra supervivencia y consolidación como especie (pertenecemos al reino animal, no lo olvidemos).

Orca del Loro Parque lista para ir a la pecera
Pero utilizar animales para nuestra diversión o fascinación me parece prescindible. Orcas, elefantes, gorilas están donde están por pura frivolidad humana. ¿Acaso la esperanza de vida de los humanos va a mejorar? ¿Moriríamos si dejáramos a los animales en paz en los lugares donde siempre han vivido? Mucha gente alega que las motivaciones que llevan a encerrar animales responden a fines altruistas, ya sea proteger especies de la extinción o el de educar y concienciar a las personas en el respeto y conservación del medio natural.

O son excusas autocomplacientes, o tal vez algunas personas no piensen mucho. La mejor manera de luchar contra la extinción de especies es evitar la destrucción de los hábitats de las mismas. A medida que disminuye el hielo en el Ártico, los osos polares se mueren con él. ¿De qué servirá conservar una pareja en un zoológico, por mucha descendencia que pudieran tener? Así encontramos miles de ejemplos. Hay excepciones, existen centros de recuperación de especies en peligro, cuyo fin último es devolver a los individuos a sus hábitats de origen. Pero está claro que no son zoológicos ni delfinarios, los animales viven en reservas cercanas a su lugar de origen y ni mucho menos realizan espectáculos antropomorfos. Las nutrias cenicienta que nacieron en el Loro Parque existen para divertir a unos y ganar dinero a otros, no para devolverlas al río asiático donde nacieron sus ancestros.

¿Educar y concienciar? Por dios, eso da risa. La gente no aprende absolutamente nada sobre los animales exhibidos. La educación es un proceso mucho más largo y complejo. ¿Saben que los delfines cazan en manada? ¿Qué hay 1000 especies de murciélagos, y que casi todos comen frutas? ¿Qué las orcas realizan migraciones kilométricas? ¿Qué el chimpancé coge termitas con una ramita o practica el canibalismo? No. La naturaleza enlatada es de usar y tirar, de efímeras imágenes sin ningún texto...

Más educativo y divulgativo, menos cruel y más consecuente con el respeto hacia ellos, es leer libros o ver documentales sobre ellos (y si tienes suerte o dinero, te los vas a ver en su hábitat natural). Puede resultar pesado, pero es la única manera de tomar conciencia de lo fascinante que resulta la biodiversidad.


Hablemos de crueldad. La selección natural consiste en que para cada lugar determinado, existen las especies que mejor se adaptan al mismo. La musculatura y el sistema de ecolocalización de los delfines les ayudan a recorrer cientos de kilómetros al día y a cazar presas a una velocidad de crucero de 60 km/h. Si de golpe les privas del inmenso océano y los sometes a entrenamientos y espectáculos diarios, en piscinas de unos cuantos hectómetros cúbicos, dándole de comer peces ya muertos, bajo el griterío de cientos de personas narcotizadas con un espectáculo circense; Así conseguirás un animal desnaturalizado, con úlceras, estrés, una fisionomía atrofiada y una muy menor esperanza de vida en comparación con el estado salvaje. Cambia la palabra delfín por elefante, orca u oso, y obtendrás más sufrimiento.

¿Qué hay de bonito en todo ello? Nada, es crueldad animal. ¿Por qué atrapamos a animales salvajes y los encerramos en dichos lugares? Pues por el goce y disfrute nuestro, simplemente. Gusta ver a un delfín jugando a la pelota, a un chimpancé vestido de payaso, a un loro montado en una bicicleta. Ni el delfín ni el chimpancé ni el loro nacieron para hacer eso. No sé para qué nacieron, ni siquiera nosotros sabemos qué hacemos aquí, pero divertirnos a costa de un animal me parece denigrante, espantoso.

Cernícalo suspendido en el aire buscando lagartos
Cuanto más leo sobre la vida de ciertos animales más me cuesta transmitir a los alumnos la idea de que es posible respetar y conservar la biodiversidad aún sin verla ni poseerla. Deberíamos aprender del Rey Midas, que pidió el deseo de convertir en oro todo lo que tocara y lo acabó perdiendo todo. Soy humano, y cuando veo un cernícalo en la distancia, estático, desafiando las fuerzas del viento y la gravedad, me dan ganas de cogerlo y tener uno, para llamarlo Pancho. Pero luego pienso que entonces dejaría de ser un cernícalo.

*Blade Runner

4 comentarios:

  1. Hola, soy Patri la de 2º C, mira que hay un problemilla. Te explico:
    --Carraspeo-A ver, yo el viernes(mañana) faltaré a clase y me voy para el sur, a un hotel como ya te conté, desde ahí no se si podré llamar a alguien paalera que me de los apuntes de Naturales, y quería saber hasta que punto lo vas a dar mañana y que me aconsejas que haga.
    Pues eso,y te lo puse aquí por si no te llegaba un mail ahí, porque si no me da algo ¬¬ ¡Adiós! (Y gracias)

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  2. Hola, soy Alba!
    Se nota que te lo curraste eh. Es mas o menos como un resumen del vídeo de los delfines y pienso lo mismo usted :). Me gusta la frase final de:
    Soy humano, y cuando veo un cernícalo en la distancia, estático, desafiando las fuerzas del viento y la gravedad, me dan ganas de cogerlo y tener uno, para llamarlo Pancho. Pero luego pienso que entonces dejaría de ser un cernícalo.
    Está muy bien esta entrada y estaría bien que personas que piensan de otras formas lo lean y colaboren para que esto no siga pasando.Pff... esos animales donde deberían estar es en su medio natural como dices.
    Alba

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  3. Que opina usted de las condiciones en las que vive y se cría al toro de lidia. No le parece mucho más digno el trato que reciben los toros que el que reciben las orcas del loroparque? espero su respuesta, saludo desde la cienaga.

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    1. Estimado señor, no puedo estar más de acuerdo con usted. Sin duda, como seres humanos acongojados por la ineluctabilidad de la muerte, solemos concentrar nuestros sentimientos de compasión y empatía al momento en que matamos al animal, como en el caso del toro de lidia. Pero creo, seguramente al igual que usted, que es infinitamente más cruel e inhumano encarcelar a un animal de por vida que matarlo en una corrida de toros. Eternamente suyo, desde el pantano.

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