La lluvia de
estrellas de las Gemínidas es la más prolífica de todas, por encima de las Perseidas,
dejando alrededor de 120 estrellas fugaces por hora en su punto culminante, la
noche del 13 al 14 de diciembre (¡Dos
por minuto, cuantos deseos por pedir!). Obviamente las segundas, también llamadas
“Lágrimas de San Lorenzo”, son las más conocidas ya que tienen lugar en Agosto,
cuando las temperaturas nocturnas hacen más agradable la observación.
Sobre los telescopios del IAC |
Solemos
relacionar las lluvias de estrellas con los fragmentos de hielo que van dejando
los cometas a lo largo de su trayectoria. Los cometas no son más que
gigantescas bolas de hielo sucio que describen órbitas elípticas alrededor del
Sol, evaporándose a medida que se acercan a la estrella. Estos restos que van
dejando las colas permanecen relativamente estáticos en una zona concreta del
Sistema Solar, y si la Tierra, en su movimiento de traslación alrededor del
Sol, se encuentra con estas partículas (no se alarmen, son del orden de
centímetros), las introduce en la atmósfera con una velocidad brutal y el
rozamiento con el aire hace que se desintegren, no sin antes dejar una estela
brillante fruto de la calcinación. ¿O qué pensabas que eran las estrellas
fugaces?
Pero en el caso
de las Gemínidas, el progenitor de estos
diminutos meteoros no es la cola de ningún cometa, sino el asteroide (3200)
Phaeton, descubierto en 1983. Los asteroides son cuerpos fundamentalmente
rocosos, por lo que no se evaporan ni menguan tan rápidamente como un cometa.
Aún así su gravedad no es lo suficientemente intensa como para mantener unidos
todos sus componentes, por lo que en este caso Phaeton ha ido dejando un rastro
de pequeñas partículas a lo largo de su órbita.
A veces el Teide parece pequeño |
El cielo
nocturno no siempre tiene las mismas estrellas. Como la Tierra se traslada
alrededor del Sol, en cada época del año ves una parte distinta de la bóveda
celeste. Por eso hay constelaciones de invierno, primavera… Los fragmentos de lluvia
de estrellas se encuentran en lugares distintos de la órbita terrestre, y desde
nuestro planeta siempre los veremos sobre un fondo concreto, sobre una
constelación determinada. En el caso que nos compete, los hermanos Cástor y
Pólux, Géminis, dan nombre al fenómeno astronómico. Seguro que también te suenan
las Leónidas, Perseidas, Táuridas, etc.
¿Ves una franja vertical más iluminada de lo normal? Es nuestra galaxia, la Vía Láctea, con una estrella fugaz a su izquierda |
Pero qué confortable
se está frente al teclado y qué tortura me supuso la fotografía astronómica. Entre
la contaminación lumínica de Santa Cruz y lo nublado que estaba no quedaba otra
que subir al Teide. Estarse inmóvil sacando fotos de 20 segundos una tras otra
durante más de dos horas a 4 grados sobre cero no fue una experiencia
agradable, y mucho menos para mis manos y pies. De trescientas fotos sólo capté
dos estrellas fugaces, y de las más débiles. Las mejores siempre salían por
otros lugares, o en los momentos entre una foto y otra…
La única
decente es la primera del artículo. Sobre el Observatorio de IAC, en Izaña, se
encontraban Géminis y Orión. Encima de ellas, pero debajo de Júpiter (el punto
más brillante), se compadeció de mí una débil estrella fugaz. Me emocioné tanto
que hasta se me olvidó pedir un deseo. Fuerte idiota.
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